sábado, 19 de diciembre de 2015

David Gilmour 18/12/2015


18 de diciembre de 2015
Hipódromo de San Isidro
(San Isidro, Buenos Aires, Argentina)



"EL BRILLO DEL DIAMANTE - UN SUEÑO CUMPLIDO"


No se puede hablar de David Gilmour sin hablar de Pink Floyd. No porque los cuatro discos solistas del guitarrista y cantante sean olvidables ni mucho menos, sino que la grandeza de Pink Floyd deja en segundo plano cualquier obra que escriba uno de los miembros de aquella banda.

El último trabajo solista de Gilmour, titulado "Rattle That Lock" y lanzado en septiembre de este año, es excelente. Y fue la excusa perfecta para una gira mundial del ex Pink Floyd. La primera gira sudamericana de Gilmour incluiría solamente Brasil (4 shows), Argentina y Chile. Así que quienes dieron el presente en San Isidro, el pasado viernes 18 de diciembre, fueron afortunados solo por asistir al lugar.

Las puertas se habilitaron pasadas las 18hs y todo el público comenzó a entrar por dos entradas, por un lado los de campo y por el otro los de platea y VIP. Aunque pasado el primer control ambas filas se mezclaban en una sola para luego llegar a un acceso en el cual se dividía en tres: platea izquierda, campo y vip y platea derecha. ¿Para qué tantas divisiones y filas? La desorganización ya era evidente. Y quienes decidieron venir sobre la hora, la sufrieron mucho más. Los embotellamientos para llegar a San Isidro (los cuales sufrió el propio Gilmour para llegar desde su hotel Four Seasons hasta el Hipódromo), hicieron que se retrase media hora el comienzo de la velada para que todos los fanáticos puedan llegar a tiempo. Aún así, algunos terminaron llegando cerca de las 22hs. al lugar.

A las 21:30hs las luces en el Hipódromo de San Isidro se apagaron para que comience a sonar "5 a.m.", tema instrumental que da comienzo a su placa "Rattle that Lock", "no quiero exagerar pero creo que es el mejor de mi carrera", decía Gilmour a la prensa antes del lanzamiento del disco. La ovación del público fue enorme pero rápidamente todos se callaron para poder escuchar las sutiles notas hilvanadas por David, a quien se mostraba en la clásica pantalla redonda del escenario y en las pantallas ubicadas en el campo. El sonido era tan sutil como si estuviésemos escuchando un disco. 

Luego sonarían "Rattle that Lock", canción que le da título al último disco de David, y "Faces of Stone", del mismo álbum. La primera emoción vendría temprano con el clásico de Pink Floyd "Wish You Were Here", la cuál la gente cantó de punta a punta junto a Gilmour. 

Después ejecutó "A Boar Lies Waiting", también de su último trabajo solista, y "The Blue", de su tercer disco en solitario titulado "On An Island". La buena respuesta de la gente obtuvo un "Muchas gracias" de parte de David, para pasar luego a "Money" y "Us And Them", del grandísimo disco "The Dark Side of the Moon" (1973) de Pink Floyd. 

La primera parte del set estaba llegando a su fin. Es así que sonaría "In Any Tongue", también del último disco de Gilmour, con un emotivo video animado anti-belicista, que acompaña perfectamente la letra. Y finalmente "High Hopes" del disco "The Division Bell" (1994) nos remontaría al directo "P.U.L.S.E." (1995), con el videoclip en pantalla que se combinaba con las luces de la pantalla circular. Muchos se quejaron de que las pantallas del campo no pasaban a David Gilmour o a la banda tocando, sino que solo mostraban imágenes de videos. Pero justamente la idea de los miembros de Pink Floyd siempre fue dar un espectáculo audiovisual que acompañe su música, además de que en varias canciones (sobre todo las solistas) las pantallas mostraban casi exclusivamente a Gilmour tocando. No nos podemos quejar por todo, muchachos. Y menos por cosas obvias.

Después de un intermedio de unos 15 minutos, sonaría la psicodélica "Astronomy Domine", de la época de Syd Barrett. El juego de luces sobre el escenario fue hipnótico; focos rojos, verdes, azules y blancos se mezclaban y armaban entramados geométricos que no paraban de girar alrededor de la pantalla circular del escenario. 

Luego vendría uno de los momentos más espectaculares y esperados del show, "Shine On You Crazy Diamond, part I-V", una de las grandes joyas de Pink Floyd, del disco "Wish You Were Here" (1975). Los casi diez minutos de la canción fueron exquisitos, mezclando perfectamente la parte visual con la musical. Pasarían luego "Fat Old Sun" del disco "Atom Heart Mother" (1970) y "Coming Back to Life" de "The Division Bell" (1994), completando un buen repaso por la historia de Pink Floyd.

Terminando con la presentación de su más reciente disco, David Gilmour presentó a su banda y después nos regaló dos canciones más que integran "Rattle That Lock" (2015), la jazzera "The Girl in the Yellow Dress", acompañada por el videoclip oficial en las pantallas, y la bella "Today".

De ahora en más, todo sería un repaso de la discografía de Pink Floyd. Primero sonó "Sorrow", la única canción de "A Momentary Lapse of Reason" (1987), el primer disco sin Roger Waters en la banda. Tal vez faltaron "On The Turning Away" o "Learning To Fly" de aquella gran placa, pero no podemos quejarnos.

La segunda parte del set fue cerrada con la rockera "Run Like Hell", del aclamado disco "The Wall" (1979), muy festejada por toda la audiencia. Gilmour y su banda se despidieron de la gente con mucho agradecimiento. Se apagaron las luces y la gente comenzó a corear el nombre del guitarrista y a pedir por más. Y claro que iba a haber más, los bises nunca pueden faltar, dan la ilusión de que los músicos vuelven a pedido de la gente. Y así lo sintieron muchos, a pesar de que David y su banda en verdad estaban sorprendidos por la gran respuesta de la gente.

En plena oscuridad el silencio se rompió violentamente por el tintineo de las campanas que dan comienzo a la gloriosa "Time", del disco "The Dark Side of the Moon" (1973). La pantalla pasaba las imágenes ya clásicas de la canción, que fue ejecutada de manera sublime.

Y el final definitivamente llegaría de la mano de "Breathe (reprise)" y la esperada "Comfortably Numb" (ambas de "The Wall"), en la cual Gilmour se despidió con uno de los solos de guitarra más maravillosos jamas compuestos. David se despidió prometiendo que nos volveríamos a ver. A pesar de que es muy difícil de creerlo, dejó viva la esperanza. Aunque claro que no volverá con Pink Floyd. Ya aclaró que no habrá una reunión con Roger Waters, que es lo que tanto se espera. Solo nos queda soñarlo o ver la última presentación de Pink Floyd en el Live 8 en el 2005 o aquella vez que Gilmour tocó "Comfortably Numb" en un show de Roger Waters en 2008 en la ciudad de Londres.

David Gilmour dio cátedra con sus 69 años de edad, mostrándose muy vital y muy contento arriba del escenario. Y no era para menos. El show de Buenos Aires terminó siendo el más grande de su gira de este año con una cifra que superó los 70 mil espectadores (aunque parecía que llegaba a los 100 mil incluso, por el océano de gente). Habrá que ver si el año que viene alguna audiencia lo supera. Mientras tanto, ¡gracias David por tanto! ¡Y volvé cuando quieras!


Nota aparte merece la organización. Del caos de la llegada y entrada al predio, de la falta de pantallas en el campo trasero y de la mala organización en el VIP, pasamos a la horrenda salida y desconcentración del público. Cabe aclarar también que las entradas no fueron baratas y se podía esperar algo un poco más "digno" de parte de la producción local. Y aclaro que fue la producción local porque el propio Gilmour sufrió los embotellamientos tanto en la ida como en la vuelta, cuando le dijeron que el Hipódromo de San Isidro estaba a nada más que 15 minutos del centro de la ciudad de Buenos Aires. ¿En serio? ¿15 minutos? Los productores deben viajar en helicóptero o el GPS les falla feo.

En fin, las calles de San Isidro se desbordaron de gente. Incluso algunos llegaron a romper el alambrado que bordea el Hipódromo para poder salir antes, porque con una sola salida no alcanzaba, obviamente. Se tardó en promedio una hora para salir del Hipódromo y llegar a la primera parada del colectivo (el tren ya no andaba pasadas las 00:20, hora a la que terminó el show que duró casi tres horas) y además de la espera del transporte público, que como es sabido no tiene mucha frecuencia a la madrugada, nos encontrábamos con avenidas repletas de autos y colectivos tratando de regresar desde San Isidro hasta Capital Federal. ¡Un caos! Muchos llegaron entre las 3, las 4 e incluso las 5 de la mañana a sus respectivos hogares. Y si quedamos contentos, es por lo que dio Gilmour, que sin dudas se queda con el puesto de "show del año". Pero la organización fue asquerosa... Esperemos que no se repita. 



Lista de canciones:

----------Set 1:
5 a.m.
Rattle That Lock
Faces of Stone
Wish You Were Here (Pink Floyd)
A Boat Lies Waiting
The Blue
Money (Pink Floyd)
Us and Them (Pink Floyd)
In Any Tongue
High Hopes (Pink Floyd)

----------Set 2:
Astronomy Domine (Pink Floyd)
Shine On You Crazy Diamond, Parts I-V (Pink Floyd)
Fat Old Sun (Pink Floyd)
Coming Back To Life (Pink Floyd)
The Girl in the Yellow Dress
Today
Sorrow (Pink Floyd)
Run Like Hell (Pink Floyd)

----------Encore:
Time (Pink Floyd)
Breathe - Reprise (Pink Floyd)
Comfortably Numb (Pink Floyd)


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sábado, 12 de diciembre de 2015

A.P.G.: reseña del disco debut "Original"



SOMOS ASÍ, VAMOS POR MÁS

12 de diciembre 2015
Por Román Gaydukov


"Original" es el primer disco de larga duración de A.P.G. (Ale Pfanner Group), banda de hard rock formada en el 2006 que editó tres EP's previamente. Sus integrantes son: Alejandro Pfanner (guitarrista y fundador), Timmy DeGlam (cantante), Juan Pablo Walsh (bajista) y Mauricio López (batería). 

A.P.G. en los estudios PANDA, sept/oct 2013

El álbum, lanzado al mercado el 6 de octubre de 2014, fue grabado entre septiembre y octubre de 2013 en los estudios PANDA con la producción de Mario Altamirano (Tarja Turunen, Indio Solari, Rata Blanca, Los Violadores, Horcas, Ataque 77, entre otros), mezclado en el mismo lugar en febrero de 2014 y masterizado por David Donnelly (Aerosmith, Kiss, Whitesnake, entre otros) en marzo de 2014 en los estudios DNA Mastering en California, Estados Unidos. 

Todo esto no hace más que hablar de que estamos frente a un trabajo enorme, muchísima dedicación y sacrificio por parte de la banda, y claro, con un resultado de alta calidad. Lo primero que se destaca de la banda, más allá de su buen sonido es que cantan en inglés, algo que sirve mucho para el mercado internacional. Paso a describir un poco lo que tenemos musicalmente en esta obra:

Una vez puesto el disco en el reproductor, el rock arranca de una, sin vueltas, entra pateandote la puerta de tu casa para hacerte sacudir la cabeza a lo largo de unos 45 minutos. El primer tema, titulado "Let them talk", tiene un riff potente que va al galope junto a un bajo y una batería muy marcados, a lo cual se le suma una voz que transmite muchísima energía. ¡Un golpe directo en la cara!

Sin bajar la intensidad, el disco sigue con "The Phantom's Revenge", con un estribillo pegadizo que obligadamente te hace agirar el brazo y cantarlo. 



"Goodbye Angel" muestra la faceta romántica de la banda, con una balada en la cual la rítmica es muy potente y la guitarra muy sutil coronada con un solo melódico exquisito. Si este tema hizo que te relajes, agarrate para el siguiente porque "Go For More" es una declaración de principios con su estribillo "We are this way, we go for more" ("Somos así, vamos por más"). El sonido ochentero está muy prensente. En el siguiente tema "Industry" continúa más o menos en la misma línea, a medio tiempo y con un bajo que mete melodías y marca el devenir de todo el tema. La voz es acompañada por unos coros bastante al fondo que le dan mucho ambiente a la canción.

"Night Rider" es un rock n' roll salido directo de la década de 1970 pero tocado con la energía actual. Con "It's Allright" nos metemos en un hard rock potente con una voz que por momentos tiene tintes dark y en el estribillo explota con mucha energía. El solo de guitarra es sublime.

Luego viene "Rock Bottom" (no, no está dedicada a nosotros, juro que es casualidad) que cumple con todos los requisitos de un clásico de rock: mucha energía, un estribillo pegadizo con coros sucios, un solo de guitarra muy inspirado y un ritmo muy directo. De ahí pasamos a un tema a medio tiempo muy melódico como "Scars", casi épico por momentos. Y finalmente el disco cierra con la rockera y atrapante "Back on the Road".

Sin duda alguna estamos frente a uno de los mejores discos de hard rock editados en el país y que no tiene nada que envidiarle a bandas del primer mundo. Anótenlo para su próxima visita a la disquería más cercana: A.P.G. - "Original". No lo duden, se van a llevar mucho rock del bueno a su casa.




CONTACTO
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